Dibujando*
(texto del catálogo de la muestra)
(texto del catálogo de la muestra)
El museo invita a estos artistas por ser referentes de quienes trabajan dibujando hoy.
Agustín y francisco son denunciantes de la realidad contemporánea, provienen de un relato extenso de historieta en el que subyace una historia mayor.
Agustín relata mediante la apropiación de la historieta, el animé, sucesos de un mito que atraviesa el tiempo, que se transporta, remite un drama de una guerra latente, de un dominio sobre el terrorismo y lo hace captando al joven lector a través de sus propios códigos.
Francisco, a la manera del miedo ancestral del artista primigenio, defiende la subsistencia, exorciza, nos advierte de un territorio en peligro, pinta el problema puntual, grita ese peligro obsesivo.
Maximiliano y Cristina aparentan construir su obra desde una visión inocente, de niño, naif, pero no es mas que una pantalla, ya que nos llevan hacia posiciones de la historia humana profunda.
Maximiliano es el pintor viajero contemporáneo el que instala la mirada sobre lo que ocurre y dibuja, el que plasma el mundo nuevo desconocido, desde el dibujo japonés a el mundo electrocutado.
Cristina, viajera de su misma feminidad, cuenta una historia de prácticas disímiles, atreviéndose a salir de un relato intimista para apropiarse del video; casi haciendo garabatos se atreve a ir mas allá con las herramientas contemporáneas, salta a trabajar desde un cuerpo femenino fuerte.
Agustín y francisco son denunciantes de la realidad contemporánea, provienen de un relato extenso de historieta en el que subyace una historia mayor.
Agustín relata mediante la apropiación de la historieta, el animé, sucesos de un mito que atraviesa el tiempo, que se transporta, remite un drama de una guerra latente, de un dominio sobre el terrorismo y lo hace captando al joven lector a través de sus propios códigos.
Francisco, a la manera del miedo ancestral del artista primigenio, defiende la subsistencia, exorciza, nos advierte de un territorio en peligro, pinta el problema puntual, grita ese peligro obsesivo.
Maximiliano y Cristina aparentan construir su obra desde una visión inocente, de niño, naif, pero no es mas que una pantalla, ya que nos llevan hacia posiciones de la historia humana profunda.
Maximiliano es el pintor viajero contemporáneo el que instala la mirada sobre lo que ocurre y dibuja, el que plasma el mundo nuevo desconocido, desde el dibujo japonés a el mundo electrocutado.
Cristina, viajera de su misma feminidad, cuenta una historia de prácticas disímiles, atreviéndose a salir de un relato intimista para apropiarse del video; casi haciendo garabatos se atreve a ir mas allá con las herramientas contemporáneas, salta a trabajar desde un cuerpo femenino fuerte.
Todos ellos cubren por un lado la historia del dibujo y por otro se instalan en lo mas contemporáneo: acentuando la importancia del lugar, del territorio. Así, el dibujo se enriquece en el tiempo practicando, moldeando.
Se dibuja nuestra Bahía, un espacio de tensión.
Alguien alguna vez dijo que el dibujo es el primer planteo del humano, es ese registrar lo que el humano es dentro del espacio. Que luego va convirtiéndose en una herramienta de observación y uso, del silencio y la denuncia. Una practica, una tecnología, un pensar que manifiesta el drama humano, el de su propio cuerpo.
Cristina Alvarado/ Cecilia Miconi
Bahía Blanca, 16 de diciembre de 2011.
Bahía Blanca, 16 de diciembre de 2011.
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